Garantizar protección a las personas migrantes ante situaciones de emergencia, ya sean éstas causadas por amenazas naturales como la estacionalidad ciclónica, geomorfología, confluencia de placas tectónicas activas, erupciones volcánicas, amenazas hidrometeorológicas u otras posibles ocasionadas por el propio cambio climáticos, debería ser una obligación por parte de los gobiernos para garantizar las seguridad de todas y cada una de las personas del país, independientemente de su nacionalidad.
En los diferentes Estados se comienza a destacar esfuerzos por parte de los gobiernos para asegurar una protección de los migrantes frente a posibles desastres naturales, en gran parte, gracias a las 15 directrices para la Protección de los Migrantes en países afectados por conflictos o desastres naturales, de la iniciativa Migrantes en Situación de Crisis (MICIC).
El presente estudio realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) hace especial hincapié en la directriz 4, la cual se centra en la incorporación e integración de las personas migrantes en sistemas de prevención y preparación ante situaciones de emergencia, y el objetivo del propio estudio, es el de tener una visión objetiva de la situación actual en cuanto a la incorporación de la población migrante en los marcos normativos e institucionales de los Sistemas Nacionales de Reducción del Riesgo y Atención de Emergencia en los países del Centro de Coordinación para la Prevención de Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC).